Sueño Federico García Lorca

ODA AL VERANO DE PABLO NERUDA

Verano, violín rojo,
nube clara,
un zumbido
de sierra
o de cigarra
te precede,
el cielo
abovedado,
liso, luciente como
un ojo,
y bajo su mirada,
verano,
pez del cielo
infinito,
élitro lisonjero,
perezoso
letargo
barriguita
de abeja,
sol endiablado,
sol terrible y paterno,
sudoroso
como un buey trabajando,
sol seco
en la cabeza
como un inesperado
garrotoazo,
sol de la sed
andando
por la arena,
verano,
mar desierto,
el minero
de azufre
se llena
se llena
de sudor amarillo,
el aviador
recorre
rayo a rayo
el sol celeste,
sudor
negro
resbala
de la frente
a los ojos
en la mina
de Lota,
el minero
se restriega
la frente
negra,
arden
las sementeras,
cruje
el trigo,
insectos
azules
buscan
sombra,
tocan
la frescura,
sumergen
la cabeza
en un diamante.

Oh verano
abundante,
carro
de
manzanas
maduras,
boca
de fresa
en la verdura, labios
de ciruela salvaje,
caminos
de suave polvo
encima del polvo,
mediodía,
tambor
de cobre rojo,
y en la tarde
descansa
el fuego,
el aire
hace bailar
el trébol, entra
en la usina desierta,
sube
una estrella
fresca
por el cielo
sombrío,
crepita
sin quemarse
la noche
del verano.

sábado, 8 de octubre de 2011

La acequia de Aynadamar



Fotografía de 1904 de la fuente Grande, en Alfacar
La acequia de Aynadamar está considerada como la más compleja de las obras hidráulicas que hicieron los árabes en Granada.

De ella diría Enríquez de Jorquera:

"... la ofrece por la parte del Norte el lugar de Alfacar el agua de su mayor y más celebrada fuente que al pie de la más alta cumbre y sierra y puerto del Alfaguara, en una deleitosa floresta de vides que le sirve de alfombra bordada de diversas y matiçadas flores a quien este maravilloso sitio, que sirve de mirador goçando de la extendida vega, naturaleza dio nativa fuente de las mayores que el reino de Granada goça del tamaño de una placeta redonda por las tres partes, que por otra parte da principio a un desaguadero de que se forma una grande y ancha acequia de mas de un estado de fondo.”

Plano general de la acequia de Aynadamar,
según el Apeo de Loaysa - 1575.
Bermúdez de Pedraza la describiría como excelencia de la Vega de Granada:

Indicador del nacimiento, curso, derivaciones y terminación
de la Acequia de la Fuente Grande de Alfacar,
publicado en 1880 en el libro
"Análisis de las Aguas de Granada y sus contornos"
de Don Alejo Luis Yagüe.
“La Vega tiene últimamente al septentrión los frescos cármenes de Dinadamar y Fargue, palabras árabes que significan ‘ojo de lágrimas’ y ‘división’ por estar divididos estos dos pagos, respectivamente.

So legua y media de huertas en las laderas del Albaicín, que mira hacia la Vega con una acequia o río de agua de la fuente de Alfacar, lugar dos leguas de Granada.

Esta fuente está al pie de la sierra de Cogollos, cércanla tres robles tan grandes, que aunque el circuyto de la fuente es grandísimo, lo abraçan todo; por lo cual goza todo el Verano de perpetua sombra, y ayre suave, y delicioso, es en forma redonda y tan grande como un buen patio; no nace en forma de caño, sino toda la capacidad de su sitio mana hazia arriba, y della sale río referido, con el cual pueden moler quatro ruedas de molino.

El agua es salutífera, y medicamento contra tercianas, y tan prompta para la digestión, que por abundante que sea el alimento, lo deshaze en el estómago; su temperamento es el natural de las fuentes, templada de invierno y fría de verano, y tan deleitosa a la vista, así por su grandeza, como por verla salir hazia arriba, que por ella fuera excelente Granada, cuando no tuviera otras muchas excelencias”.

Portada del libro de Don Alejo Luis Yagüe.
Nace en la Fuente Grande de Alfacar. Esta acequia abastecía los pagos de Aynadamar y Manflor y los barrios del Albayzín y Alcazaba y el pago de Almajayar, llegando sus derrames a suministrar agua a casas de la Calle Elvira. En la actualidad ha abastecido a la barriada de El Fargue hasta fecha reciente.

El rey Abd-Allah, en el siglo XI, encargó a su visir Abu Mu Ammal que trazara una acequia desde Alfacar, un pueblo cercano, situado al pie del Cerro de la Cruz, a 1.126 metros de altura, para que desde fuente Grande se abastecieran Alfacar, en esta época se habla de una población de 980 personas, con un padrón de viviendas de 245 casas y se dividiría el municipio en dos barrios: Alfacar Alta y Alfacar Baja, y la ciudad de Granada, que tenía entonces una población de treinta y ocho mil habitantes.

El nombre de Acequia de Aynadamar, conocida también con el de Fuente de las Lágrimas, viene del árabe y está compuesta por dos voces: "ayn" (ojo y por extensión fuente) y "damar" (lágrimas) ya que se decía que su manantial derramaba agua lentamente en forma de lágrimas, y tiene su origen en el manantial denominado Fuente Grande, en el término municipal de Alfacar.

Esta acequia surtía de agua al arrabal del Albayzín y al barrio de la Alcazaba, además de a Alfacar, Víznar, El Fargue y la abadía del Sacromonte, mediante una cañería que tomaba el agua en zona cercana al barrio de El Fargue y, despues de distribuir el agua por todo el trazado urbano de El Albayzín, llevaba el agua a diversos edificios tan singulares de la ciudad de Granada como el monasterio de la Cartuja y la Golilla de Cartuja, el carmen de la Victoria, el Hospital Real, el convento de los Capuchinos, el hospital de San Juan de Dios y el monasterio de San Jerónimo.

Fotografía de la fuente Grande en otoño. Foto de Julita.
El 22 de Diciembre de 1491, se firmaron las Capitulaciones de Alfacar por los habitantes musulmanes que ponían fin al último foco de resistencia de los nazaríes ante las tropas de los Reyes Católicos, en la que fue la última capitulación de la guerra y tras ser conquistada Granada en 1492 por los castellanos, la acequia siguió en uso y en 1501 apareció nombrada como acequia de Aynadamar en los Archivo Municipales de Alfacar y Granada.

La acequia de Aynadamar salvando un barranco con un acueducto.
Foto de Javier Martín.
El 2 de octubre de 1501 se redactaba una Real Cédula por la que se creaba el Juzgado de Aguas de Granada, el 15 de octubre del mismo año se aprobaban las Ordenanzas de Granada, por las que se había de regular el suministro y distribución de aguas por parroquias, días y horas, donde se citan la acequia de Aynadamar y su fuente Grande.

Según Antonio Orihuela (1991) la acequia de Aynadamar se dividía en el siglo XX en tres sectores:

1º - Desde la fuente Grande al carmen del Madroño.
2º - Desde el carmen del Madroño hasta el Fargue.
3º - Desde el Fargue hasta Manflor.

Fotografía de invierno en la acequia de Aynadamar.
Foto de Luis Marín.
En este punto la acequia se dividía en dos ramales secundarios. Uno de ellos se dirigía al Hospital Real y el otro atravesaba la Puerta de Fajalauza, bajaba por la placeta de la Cruz de Piedra y la calle San Luis hasta Santa Isabel de los Abades. Antes de su último destino la acequia se dividía en varios principales: uno para la plaza del Aliatar y otro para la vereda de los Pinchos por la calle San Luis. El ramal principal pasaba por encima de la puerta de Fajalauza atravesando la muralla exterior.

El primer entubamiento de la acequia de Aynadamar
se observa en el lado derecho de la fotografía.
Bajaba por el callejón de la Alberzana y la calle San Gregorio. Atravesaba el aljibe del Paso hasta la Casa de los Mascarones y de allí bajaba por la calle del Agua. En el número 1 de esta calle, donde se ubicaban los baños más importantes del arrabal, la acequia giraba por la calle Panaderos, y hacia la derecha un principal bajaba por la Cuesta de Alhacaba surtiendo su aljibe. La acequia principal llegaba hasta la iglesia del Salvador, antigua mezquita mayor del Albayzín.

En todo este recorrido existían tomaderos o cauchiles que desviaban el agua a casas particulares, aljibes y cármenes. Por ejemplo en la parte alta de la calle de San Gregorio se encontraban los cauchiles para los cármenes de Carrillo y de Arquelladas en la calle María de la Miel y en la puerta de San Gregorio otros tomaderos servían para llevar el agua a las casas del Chapíz y al Carmen de la Victoria.

La acequia de Aynadamar atravezando el barranco de Juan Torres
En la calle del Agua desde los cauchiles se abastecían las casas y los aljibes de la zona de San Bartolomé y San Cristóbal. Frente al número 19 de esta misma calle estaba el cauchil para los aljibes Colorado y de San Ildefonso. En la calle Panaderos había un tomadero que iba hacia los aljibes de Bibalbonut, de las Tomasas y del Trillo. Más adelante el cauchil de otro principal permite la desviación hacia los aljibes de la plaza del Salvador y del Peso de la Harina.

En la plaza Larga la acequia formaba un sifón para que el agua tomara la suficiente presión y elevarla hasta el nivel de la Alcazaba. Un subramal pasaba por la Bab Qastar o puerta del Rastro hasta el aljibe de San Nicolás.

El ramal más importante atravesaba la muralla por debajo de la Bib al-Ziyada o Arco de las Pesas y surtía el aljibe de la Gitana y el aljibe del Rey. Desde aquí se volvía a dividir en dos acequias y un principal. El principal iría a la calle de María de la Miel, abasteciendo el aljibe del Gato, bajaría por la cuesta del Granadillo cruzando la calle Aljibe del Trillo y desembocaría en la plaza del Almez.

Una de las acequias bajaba hacia la Dar al-Horra terminando en el Arco de las Monjas.

De allí continúa un principal hacia los aljibes de San Miguel y de San José. De este principal salían dos secundarios. Uno abastecía el aljibe de Oidores en la plaza del mismo nombre y otro llenaba el aljibe del Zenete después de circular por las calles Bocanegra y Cruz de Quirós. El otro bajaba hasta la esquina del Camino Nuevo de San Nicolás.

El primer plano del abastecimiento de agua a Granada, de 1575.
Aquí se dividía en dos principales: uno que se dirigía por la calle Almirante, surtía el aljibe de la Cruz Verde, continuaba por la cuesta de San Gregorio y desembocaba en la placeta de Porras; el otro bajaba por la calle Tiña, Muladar de Doña Sancha, placeta de Sánchez hasta la calle Bravo.

En el último sector, la acequia bajaba por la Golilla de Cartuja y aproximadamente paralela al trazado de la antigua carretera de Murcia atravesaba el Carmen de Tallacarne y, cruzando la citada carretera, llegaba al partidor de Manflor, donde se distribuía en el ramal principal y los dos secundarios para cubrir completamente todo el Albayzín.

Los 12 ramales de la acequia de Aynadamar cuando penetra en El Albayzín:

1 - Ramal de San Luis (3 algibes)
2 - Ramal de San Gregorio (1 algibe)
3 - Ramal del Chapiz (3 algibes)
4 - Ramal de San Agustín (5 algibes)
5 - Ramal de Trillo (1 algibe)
6 - Ramal de Pilar Seco (3 algibes)
7 - Ramal Grifos de San José (5 algibes)
8 - Ramal de San Andrés (1 algibe)
9 - Ramal de la Alhacaba (2 algibes)
10 - Ramal de San Cristobal (4 algibes)
11 - Ramal de San Juan de Dios (1 algibe)
12 - Ramal de la calle del Agua (1 baño árabe)
Francisco Henriquez de Jorquera, diría en sus Anales de Granada:

"No tan solo el Genil y el Dauro dan tan copiosamente sus aguas a Granada,
como se ha dicho arriba con tanta abundancia quando las que a ella le
sobran fueran de grande estimacion en las más poderosas poblaciones,
sino que para su mayor alabanza en su superior alcazaba, altura
increible que casi domina el dilatado Albaycin, población de los
baecinos, la ofrece por la parte del Norte el lugar de Alfacar
el agua de su mayor y celebrada fuente (…)

Conducese esta acequia pura y cristalina sin otras mixturas, por la falda
esta encumbrada sierra por grandes bueltas y rodeos, cabeceando viñas a
quien raíces refresca y por artifi ciosas alcantarillas atrabeçando cañadas,
a el lugar de Víznar, que en ameno y agradable sitio tiene su asiento, de
saludable verano y dandole de bever y a sus molinos corriente, prosigue
al mediodía, tal vez ocultándose por las entrañas de floridos cerros que
por cavernosas minas le dan paso al amenisimo fargue, pensil famoso
de çaçonadas frutas, y ya descubiertos sus líquidos cristales, visitando
primorosas alcatifas de los carmenes, quintas y retiros de la famosa
Ynadamar, recreación de los hijos de Ygnacio y de los de Bruno,
y corriendo risueña se entra en Granada por la Fajalauça,
puerta de a donde liberalmente se reparte por diferentes cañerías
y aquaductos dando de bever a nuebe parroquias, dos combentos de
frailes y uno de monjas y vajando a lo llano a la gran casa delhttp://www.blogger.com/img/blank.gif
hospital Real y a su grande varrio, combento de Capuchinos
y parroquial de San Yldefonso y frailes mercenarios".

Libro recomendado:

LOS MOLINOS DE LA CIUDAD DE GRANADA
- los molineros y el agua de Granada -
de José Miguel Reyes Mesa,
en colaboración con la Obra Social de Caja Granada.
I.S.B.N. 84-89685-43-6 / Editado en el año 2000.


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